Poemario IX: Amar es un salto de fe.

Resguardándome en un abrazo de amanecer, así me encuentro en la caída de realidad que roza tu vida y la mía. He soñado contigo durante gran parte de las guardias de noche, me he convertido en el capitán de mis desconocidas aventuras, me he asegurado de conocer terrenos nuevos en donde la emoción de vida sea la que dicte las órdenes

El otro día tenía ganas de ausentarme un rato. Los sueños tienen un escondite de sombras, son países llenos de versos con toques de realidad. Son mundos derrumbados de cuadrados y en donde la forma no tiene etiqueta. Es lo que sea que quieras aunque no lo quieras.

Vamos a intentarlo. Perturbemos lo normal de nuestras vidas. Y sé que nos da miedo lo desconocido, lo sé, he dormido en un aparatoso silencio inquietante. Es duro, es fuerte, y de a ratos solo te dan ganas de escapar de ti. Me he refugiado en lugares llenos de gente para ahogar los efectos de la soledad. No hay nada peor que la soledad, ella apretuja al corazón contra dagas indiferentes. A veces sientes que será así siempre, que el tiempo se detuvo y te dejó lleno de olvido.

Los silencios de amor son los más fuertes, son los que guardan mas misterio, mas dolor, pero son los que realmente pueden salvar al “nosotros” de cada ocasión.

Sé que te causo una sonrisa. Tú me causas despertar, me causas sueños contigo, sin frenos, volando más allá de lo posible. Yo te paseo por la playa en noche de luna nueva, y contamos los pasos hasta que esta aparezca y arme un camino por aguas profundas en los abismos de nuestra piel.

Y hay que ver que esa ilusión delirante llamada amor es la causa más grande de dolor, y también su reverso de mayor dicha. Es la promesa a la humanidad de un salto de fe, de ir más allá de su don científico. Y quien salta a ese abismo, si hablase realmente de amor, lo hace sin alas, sin paracaídas. Es el espacio sin lógica, el camino por lo desconocido. Lo único que resalta la vida, en contrario a su simple destino de muerte.

Te has acostumbrado a guardar silencio, a que nos miremos desde nuestra perpleja suposición. Amar me ha convertido en un hombre que cree, incluso sin fe, que se arriesga a ti incluso desde conocer tu ausencia; que toca tus brazos, tu espalda, tu cuello, y es como si hiciera vapor en esa hoguera sonriente.

Amar es mi salto de fe. Y saltaría de nuevo para encontrarme contigo como aquella noche de luna nueva.

Autor: Carlos Puche H

A veces psicólogo, a veces escritor, pero mas veces tan solo yo mismo. Las palabras, como la vida, se abren camino. Aprendiz de fotógrafo.

Un comentario en “Poemario IX: Amar es un salto de fe.”

  1. Definitivamente escrito por alguien que conoce el amor, demuestra lo mágico del mismo pero sin menospreciar el riesgo que implica. Supongo que eso es lo que lo hace tan importante…
    Gracias por compartirlo

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